Ingredientes (40 croquetas):
- 150 gr. queso curado
- 1 cebolla mediana
- 1 berenjena
- 3 ajos
*Para la bechamel:
- 1 litro leche entera
- 200 gr. mantequilla sin sal
- 200 gr. harina de trigo
- 100 gr. nueces
- 3 pellizquitos de sal
- 2 cucharadas perejil picado
- Pimienta
- Nuez moscada
*Para el rebozado:
- Harina de rebozar
- Huevos
- 100 gr. galletas
- Pan rallado
Elaboración:
Pelamos en primer lugar la
berenjena; la partimos por la mitad, hacemos tiras y la cortamos en daditos
pequeños.
En una sartén incorporamos la
mantequilla cortada en taquitos. Una vez que se haya derretido, añadimos los
cuadraditos de berenjena y seguidamente la cebolla (previamente rallada) y los
ajos troceaditos.
Rehogaremos a fuego medio-alto durante 5-10 minutos. Si
queréis una textura de bechamel más cremosa, dejad unos minutitos más la
berenjena al fuego para que se haga y no os encontréis “tropezones” en la
croqueta; si por el contrario os gustan, con unos 5 minutitos que se rehogue
será más que suficiente.
A continuación, echamos la
harina; integramos y cocinamos bien la harina durante 5 minutos.
Mientras tanto, calentaremos la leche en un cazo. Antes de que arranque a hervir, la verteremos poco a poco sobre la sartén con la berenjena y la harina rehogada; a medida que la harina la vaya absorbiendo, seguiremos echando
leche, removiendo al mismo tiempo y con fuerza, de dentro hacia afuera, hasta que
obtengamos una masa homogénea, espesa y sin grumos.
Bajamos el fuego, y
agregamos el queso rallado. Salpimentamos, espolvoreamos una poquita de nuez
moscada el perejil picado y volvemos a remover para extender el queso y los
sabores de los condimentos por toda la masa.
Retiramos del fuego e
incorporamos las nueces peladas y ligeramente troceadas.
No las queremos
triturar, ya que la gracia de estas croquetas es encontrarse algún tropezón de
nuez. Mezclamos nuevamente, rectificamos de sal si hiciera falta y pasamos la
masa a una fuente grande.
Cubrimos la fuente con papel film, teniendo en cuenta
que éste quede en contacto con la masa; con ello, evitaremos que no se nos
forme una costra en su superficie que tengamos que desechar.
Dejamos atemperar, y una vez
fría, introducimos la fuente en la nevera. La masa deberá reposar durante un
día entero.
Al día siguiente, sacamos la
fuente y con la ayuda de dos cucharas, iremos dándole forma a las croquetas. Para ello, cogeremos con una de ellas una cucharada de masa. Y
con la ayuda de la otra, nos la iremos pasando de una a otra hasta darle a la
masa la forma redondeada y alargada croqueta.
Cogemos las galletas y las
trituramos bien.
En un recipiente grande, las
mezclamos con el pan rallado y reservamos momentáneamente.
Pasamos las croquetas por harina, huevo y por último por la mezcla de
pan rallado y galleta que habíamos preparado.
Las amontonamos en una bandeja.
En una sartén con abundante aceite de oliva las freímos, procurando
que queden cubiertas con él. Para que se nos hagan adecuadamente, echaremos las
croquetas en varias tandas, así el aceite no se nos enfriará.
Las podéis acompañar con la guarnición que más os guste.
Ummm, dan ganas de hincarle el diente :)
Nota:
Podéis utilizar el queso que más os guste, de oveja, de cabra...aunque si sois vegetarianos, procurad que no sea derivado de ningún animal :)
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