Ingredientes (5 personas):
- 750 gr. espinacas congeladas
- 2 cebolletas
- 4 ajos
- 250 gr. langostinos (10 uds.)
- 1 pimiento rojo
- 2 zanahorias
- 50 gr. piñones
- 50 gr. pasas de Corinto
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
*Para la salsa bechamel:
- 750 ml. leche entera
- 80 gr. harina de trigo
- 40 gr. mantequilla sin sal
- 40 ml. aceite de oliva
- Nuez moscada
- Sal
- Pimienta
*Para gratinar:
- Queso parmesano
- Orégano
Elaboración:
En primer lugar, pondremos a hervir el agua en una olla grande.
Cuando
arranque a hervir, echaremos un puñadito de sal y los cubos de espinacas congelados.
Dejaremos cocer a fuego medio-alto durante unos 12-15 minutos hasta que queden
sueltas y descongeladas.
Mientras se hacen, en una sartén saltearemos los piñones.
Reservamos.
Una vez cocidas las espinacas, las pasamos a un escurridor, y con la
ayuda de una espumadera presionaremos hasta quitar el exceso de agua que
tengan.
En una cazuela grande, doraremos las cabezas y las cáscaras de los
langostinos con un buen chorreón de aceite de oliva.
Machacamos bien las
cabezas para que suelten el jugo y las retiramos.
Como veis, el color del aceite ha cambiado, y ha quedado impregnado con todo el jugo de los langostinos.
En el aceite que nos ha
quedado y un poquito más si vemos que nos ha quedado poco, incorporamos las
cebolletas ralladas, los ajos picados, el pimiento rojo cortado en pequeñas
tiras y las zanahorias troceadas en daditos.
Salpimentamos y dejaremos pochar
unos minutitos.
Aprovecharemos para preparar la salsa bechamel.
En un cazo, dispondremos el aceite de oliva y la mantequilla a fuego
medio.
Cuando la mantequilla se haya derretido, agregaremos la harina.
Removeremos con unas varillas durante un par de minutos para que la harina se
rehogue y se cocine, y una vez quede bien integrada y sin grumos, añadiremos la
leche (que previamente habremos calentado, para evitar que se formen grumos)
poco a poco y sin parar de remover con las varillas, mantendremos al fuego
hasta que la bechamel espese.
En ese momento, pasaremos la bechamel a la cazuela con las verduras
pochadas.
Removemos e incorporaremos las espinacas escurridas y los langostinos
picados.
Volvemos a remover y añadimos las pasas y los piñones.
Rectificamos de sal y pimienta si hiciera
falta y espolvoreamos una pizca de nuez moscada.
Mezclaremos bien con las
varillas; cuando veamos que los langostinos cambien de color, pasaremos la
crema a una fuente refractaria adecuada para el horno.
Rallamos queso parmesano por toda la superficie de la fuente,
espolvoreamos un poquito de orégano e introducimos en el horno con el grill al
máximo hasta que quede bien doradito.
Et voilà!
Nota:
Si queréis que la bechamel os quede más doradita, podéis incorporar
dos yemas de huevo.
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