- 400 gr. tomate triturado natural (3-4 tomates de perilla)
- 1 cebolla pequeña
- 1 ajo
- 1 cucharadita pimentón dulce
- 1 cucharadita pimentón picante
- ½ pimientita de cayena
- 1 cucharada pimiento choricero
- 1 cucharadita azúcar
- 1 cucharada pimiento choricero
- 1 cucharadita azúcar
- 125 ml. vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
En primer lugar, rallaremos los tomates. Reservamos.
Por otro lado, en un cuenco con agua tibia, pondremos en remojo 4 pimientos choriceros, a los que previamente le habremos quitado el rabo y la simiente. Los dejaremos un par de horas. Cuando se hayan hidratado, con la ayuda de un cuchillo recogemos la carne de su interior y la reservamos.
Por otro lado, en un cuenco con agua tibia, pondremos en remojo 4 pimientos choriceros, a los que previamente le habremos quitado el rabo y la simiente. Los dejaremos un par de horas. Cuando se hayan hidratado, con la ayuda de un cuchillo recogemos la carne de su interior y la reservamos.
Picamos la cebolla y el ajo bien finitos, y en una sartén con 4
cucharadas de aceite de oliva, los pocharemos ligeramente durante 5 minutos sin
que lleguen a coger color. Seguidamente agregamos el pimentón, el pimiento choricero y la media
pimientita de cayena.
Removemos rápidamente para evitar que el pimentón se queme, añadimos el tomate triturado y una cucharadita de azúcar para reducir la acidez. Sazonamos y dejaremos sofreír a fuego medio unos 10 minutos.
Removemos rápidamente para evitar que el pimentón se queme, añadimos el tomate triturado y una cucharadita de azúcar para reducir la acidez. Sazonamos y dejaremos sofreír a fuego medio unos 10 minutos.
Una vez que el tomate se haya frito, incorporaremos el vino blanco,
dejando reducir otros 10 minutos a fuego medio-alto (7 de mi vitro).
Pasamos la salsa a un vaso americano; rectificamos de sal y con la
túrmix trituramos bien hasta conseguir una salsa fina.
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