- 300 gr. harina
de fuerza
- 210 gr. copos
de avena
- 2 huevos “L”
- 250 gr.
mantequilla sin sal
- 150 gr. miel
- 150 gr. miel
- 100 gr. azúcar
blanco
- 150 gr. azúcar
moreno
- 150 gr. pasas/ orejones albaricoque
- 50 gr. nueces
- 1 cucharada
esencia de vainilla
- 1 cucharadita
levadura Royal
- 1 cucharadita
canela
- 1 cucharadita
sal
Elaboración:
Comenzaremos incorporando
en un bol la mantequilla, la cual habremos tenido a temperatura ambiente hasta
que alcance el punto de “pomada”. Con la batidora, vamos “desliando” la
mantequilla, y seguidamente agregamos los azúcares. Mezclamos bien hasta que se
haya disuelto por completo el azúcar moreno y blanco, y pasamos a añadir la miel, y seguidamente los
huevos, de uno en uno; hasta que no se haya integrado uno, no incorporaremos el
siguiente. Vertemos la cucharada de esencia de vainilla y terminamos de batir.
En otro
recipiente, añadimos la harina, la levadura, la sal y la canela, y revolvemos bien
valiéndonos de una varilla metálica de mano. Cucharada a cucharada, vamos
agregando estos ingredientes secos a la mezcla de los huevos, azúcar y
mantequilla, y con una espátula de goma los integramos realizando movimientos
envolventes.
Una vez bien
mezclado, incorporamos las pasas y los copos de avena, e integraremos
nuevamente con movimientos envolventes.
Lista la masa,
vamos a darle forma a las galletas.
Cogemos una
porción de masa, formamos una bola y la depositamos en la bandeja de horno sobre
una hoja de papel encerado. Aplastamos para darle la forma de galleta, e
incrustamos trocitos de nuez por encima de la misma.
Dejaremos espacio
suficiente entre cada galleta, para que no se nos peguen durante el horneado.
Precalentamos el
horno a 180º; cuando haya cogido la temperatura, introducimos las galletas, y
las hornearemos durante 15 minutos aproximadamente; el momento exacto para
sacarlas, será cuando los bordes de las galletas adquieran un color doradito. Así
que andaros con ojo ;) Como sabéis, cada horno es un mundo…
Como veis, yo las
hice gorditas, y las dejé unos minutitos más en el horno para que se terminara
de hacer el interior.
El voilà!! Ya
tenemos preparada una nueva merienda!
Las galletas que
os sobren, como os he recordado en otras entradas, las podéis guardar en una
caja metálica de galletas, y os durarán varios días.
Qué las
disfrutéis!
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