- 250 gr. harina de repostería
- 250 gr. harina de fuerza
- 120 gr. azúcar
- 160 ml. leche entera tibia
- 3 huevos
- 30 gr. mantequilla sin sal “pomada”
- 15 gr. levadura fresca de panadería
- 1 cucharada esencia de vainilla
- 1 cucharadita de sal
- Ralladura de dos limones
- 400 gr. nutella
Elaboración:
En un bol, mezclamos la harina de
repostería y la harina de fuerza. Hacemos un volcán, y en el centro echamos la
levadura disuelta. Batimos los huevos en un tazón y se los añadimos. Comenzamos
a amasar, y poco a poco vamos vertiendo el
resto de la leche tibia; continuamos integrando. Seguidamente, agregamos la
mantequilla, el azúcar, la esencia de vainilla, la sal y la ralladura de los
limones. Amasaremos hasta conformar una masa uniforme y homogénea, que no se
nos quede pegada a las manos. Como en otras ocasiones, si veis que está muy
pegajosa, espolvoread un poquito de harina sobre la masa, y volved a amasar;
pero sin pasaros en la cantidad de la harina, o nos quedará dura.
Introducimos nuestra masa en un
bol de cristal, previamente untado con una cucharada de aceite, y colocamos un
paño de cocina encima. Dejamos que fermente sobre 1 hora y media, o hasta que
veamos que doble su tamaño.
Pasado ese tiempo, enharinamos
nuestra encimera y depositamos sobre ella nuestra masa. Volvemos a amasar un
poco para quitarle el aire, y la dividimos en 4 partes iguales.
A continuación, procederemos a
hacer las capas de nuestro “brioche”.
Mientras las vamos haciendo,
disolvemos la nutella en un cazo al baño maría. En un par de minutos la
tendremos lista.
Cogemos uno de los cuatro trozos
de masa, y con la ayuda de un rodillo, lo estiramos bien, hasta conseguir el diámetro
de la bandeja del horno; nos debe quedar de un grosor de unos 3mm. Ésta será
nuestra primera capa y base del “brioche”. La depositamos sobre papel de horno,
y encima vertemos una capa generosa de nutella, dejando 1 cm de borde sin
rellenar. Repetiremos la operación hasta que nos queden cuatro capas de masa y tres
de nutella.
Cerramos los bordes, cogiendo la
última capa que hemos puesto, tirando para abajo de ella y haciendo un pellizco
al final. La introducimos unos 20 minutos en el frigorífico para que todas las
capas y la nutella queden compactas.
Pasamos ahora a hacer las trenzas,
que darán la forma del “brioche”.
Sacamos el “brioche”de la nevera.
Cogemos un aro circular pequeño (o un tapón, lo que buenamente tengáis a mano),
y lo colocamos en el centro. A partir de él, hacemos cuatro cortes hondos trazando
líneas rectas hasta que quede una forma de cruz; pero cuidado, sin llegar a
partir la tarta en esos trozos. A continuación, dividimos esos cuatro cortes
que habíamos hecho, en otros cuatro más, pero ésta vez en diagonal. Por último,
dividimos cortando nuevamente por la mitad los otros cortes anteriores. En
total, nos deben quedar 16 triángulos, número par, para poder unirlos de dos en
dos.
Cogemos un triángulo, y lo
enrollamos dándole 2 vueltas hacia la derecha. Cogemos el siguiente triángulo
que nos quede a la derecha, y hacemos lo mismo, pero ésta vez dándole 2 vueltas
hacia la izquierda, y los unimos. Repetimos este proceso hasta juntar el resto
de los triángulos como se ve en la imagen.
Dejamos levar nuevamente otros 30
minutos. Pintamos con huevo la superficie.
Precalentamos el horno a 180 º, y
horneamos durante 15 minutos.
Finalmente, espolvoreamos por
encima azúcar glas… Et voilà!
A la mesa, con un buen tazón de leche y
cola-cao, y ya tenemos nuestra merienda.
Se trata de una receta francesa de bastante antigüedad. Me llamó mucho la atención por su aspecto y me la traje apuntada de libros que tenía mi tía en Alemania. Aquí tenéis el resultado ;)
Espero que os haya gustado, hasta la próxima!!
0 comentarios:
Publicar un comentario