- 100 gr. harina de repostería
- 2 huevos "L"
- 100 gr. mantequilla sin sal
- 100 gr. azúcar
- 1 vaina de vainilla
- Ralladura de limón
- Una pizca de sal
* Para decorar (opcional):
- Chocolate blanco
- Chocolate negro
- Azúcar glas
- Azúcar glas
Elaboración:
En un bol, comenzamos a batir las claras con una
pizca de sal. Cuando empiecen a coger cuerpo, añadiremos el azúcar. Una vez que hayamos conseguido una especie de merengue, incorporaremos las yemas de una en una, la ralladura de limón y las semillas de la vaina de vainilla. Agregaremos la mantequilla (la cual tendremos a temperatura
ambiente), y batiremos hasta conseguir una mezcla homogénea.
A continuación, añadiremos la harina, tamizándola con la ayuda de un colador,
y con una espátula de goma haciendo movimientos envolventes, terminaremos de
integrar la masa.
Engrasaremos un molde para Madeleines, y con una
cuchara llenaremos cada uno de los huecos hasta alcanzar ¾ partes de los
mismos.
No rellenar hasta arriba, ya que durante el horneado la masa subirá y se nos podrán juntar las unas con las otras.
Me sobró un poquito de masa, y me dio para hacer un mini-muffin de Madeleine. Quedó igualmente delicioso.
Pasado ese tiempo, retiramos del horno y dejaremos enfriar las Madeleines antes de desmoldar.
Desmoldamos con cuidado y listo ;)
Podéis “bañar” la parte superior de cada Madeleine
en chocolate blanco o negro fundido para darle otro toque más jugoso. Ya a vuestro gusto.
Con chocolate o sin él, están buenísimas.
Ésta receta de Madeleines que os presento, no son ni mas ni menos que las magdalenas clásicas. Éstas en concreto, son originarias de la región francesa de Lorena (Lorraine), y tienen la peculiaridad de tener una forma de concha.
Viendo no hace mucho la primera película de la saga "Transporter", me llamó la atención la actriz taiwanesa (si no me equivoco...me he informado bien, jeje) cuando le hace a Jason Stathan unas Madeleines para desayunar. Indagando un poco, salí de dudas.
Hasta la próxima amig@s!
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