- 4-5 patatas nuevas (1 kg.)
- 80 gr. mantequilla sin sal
- 1 cucharada ajo en polvo
- 1 cucharada hierbas provenzales
- Zumo de medio limón
- 1 cucharada queso parmesano
- 1 pimientita de cayena
- Sal
- Pimienta
- Agua
- Aceite de oliva (opcional)
Elaboración:
Primeramente pelamos las patatas.
Si son patatas nuevas y la piel es fina y está limpia, no es necesario
pelarlas; una vez horneada la patata, la piel apenas se notará.
A continuación, procedemos al
laminado característico de la patata. Nos valemos de un palillo de brocheta y
lo introducimos por uno de los “culos” de la patata; debe quedar casi al final
de la misma, ya que no queremos cortar la patata del todo. Si sois mañosos con
el cuchillo, haced las rodajas directamente sin el tope. Hacemos cortes de grosor
como el canto de una moneda de 1 €, y depositamos las patatas en una fuente de
horno.
Salpimentamos.
Precalentamos el horno a 200º.
Colocamos a cada patata el dedo
de mantequilla, o si queréis le añadimos un chorreoncito de aceite por encima.
Yo he optado por la primera opción, aunque después le añadí la mantequilla
mezclada con las especias.
Vertemos un vaso de agua en la fuente de horno para hidratar las patatas
durante el horneado; así no se nos pegarán a la bandeja. Introducimos en el
horno, y las dejaremos hacerse en torno a una hora. El tiempo es orientativo,
ya que dependerá del tamaño que tengan las patatas; por norma general, en unos 60 minutos las tendremos listas. Para asegurarnos de que
están, con un palillo o tenedor, las pinchamos hasta que veamos que estén blandas.
Mientras se van haciendo,
preparamos un “majao” con la mantequilla
y las especias. En un bol, añadimos la mantequilla en pomada, el zumo de limón, y las
cucharadas de ajo en polvo e hierbas provenzales. Mezclamos bien con unas varillas todos los ingredientes. Agregamos la pimientita de cayena bien picadita y
terminamos de mezclar. No pasa nada si dejamos las semillas de la guindilla; al
que le toque alguna, se llevará un “premio”…. Jijiji!
A mitad de cocción, abrimos y pintamos
cada patata con éste “majao”. Bajamos la temperatura a 180º y dejamos hasta que
terminen de cocerse y alcancen un punto doradito. Por último, espolvoreamos
queso parmesano por encima de cada patata; ponemos el grill unos minutos hasta
que se funda el queso, y listo!!!
Ya tenemos unas patatas que nos
servirán de guarnición para cualquier tipo de carne o pescado. Nos quedará como
una patata chip por fuera, y tierna por dentro.
El origen de estas patatas se
encuentra en Suecia. Cuando estuve en Alemania, mi tía me habló sobre
guarniciones para diferentes platos y me hizo referencia a ésta en particular.
Tardé poco en buscar la receta y hacerla, jejeje!
Están deliciosas. Así que os
animo a hacerlas.
Bis nächsten Blogeintrag! ;))
Nota:
Las rajas se pueden rellenar con
bacon y jamón york, con mozzarella y tomates de perilla en láminas... de lo que
más os guste.
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