- 250 gr. harina de repostería
- 200 gr. mantequilla sin sal
- 3 yemas de huevo
- 125 gr. azúcar glas
- Media cucharada de levadura
- 125 gr. almendras/avellanas molidas
- 1 sobre de azúcar de vainilla
*Para decorar:
- Azúcar glas
- Canela en polvo
Elaboración:
Por otro lado, separamos las claras de las yemas. Las claras las podemos
reservar para hacer un bizcocho o una tortilla; eso sí, evitad dejarlas durante varios días en la
nevera.
La mantequilla la tendremos a temperatura ambiente.
En el bol de las yemas, agregamos la mantequilla en taquitos pequeños. Con la ayuda de unas varillas de mano, batimos hasta que quede una mezcla bien diluída. Añadimos el azúcar glas, cucharada a cucharada, y el sobre de azúcar de vainilla.
Continuamos batiendo hasta conseguir un color amarillo brillante.
La mantequilla la tendremos a temperatura ambiente.
En el bol de las yemas, agregamos la mantequilla en taquitos pequeños. Con la ayuda de unas varillas de mano, batimos hasta que quede una mezcla bien diluída. Añadimos el azúcar glas, cucharada a cucharada, y el sobre de azúcar de vainilla.
Continuamos batiendo hasta conseguir un color amarillo brillante.
A continuación, incorporamos la harina con la levadura, tamizándola con el colador. Integraremos realizando movimientos envolventes con una
espátula de goma; echamos las avellanas/ almendras molidas y terminamos de integrar. Guardaremos un poquito para espolvorear por encima antes de meter en el horno.
Llegará un momento que tendremos que amasar con las manos. Una vez obtenida una
masa uniforme, la metemos en un bol y la tapamos con papel film.
Introducimos en la nevera durante toda la noche.
Introducimos en la nevera durante toda la noche.
Al día siguiente, la sacamos y la depositamos
sobre una hoja de papel encerado. Colocamos encima de la masa otra hoja de papel de horno, a
modo sandwich, y con la ayuda de un rodillo vamos aplanándola, dejando un grosor
de medio centímetro. Si veis que va a ser muy difícil moldearla, dividir la
masa en dos partes.
Con la ayuda de un molde -o con
nuestras manos- le vamos dando forma de luna.
Por encima espolvoreamos el resto de las avellanas/ almendras molidas que habíamos reservado, y aplastamos un poquito.
La forma de luna es la original que se le da a éstas galletas, aunque podéis utilizar los moldes que más os gusten.
Por encima espolvoreamos el resto de las avellanas/ almendras molidas que habíamos reservado, y aplastamos un poquito.
La forma de luna es la original que se le da a éstas galletas, aunque podéis utilizar los moldes que más os gusten.
Precalentamos el horno a 180º. Dependiendo del grosor que le hayáis dado, dejaremos un poquito más o menos tiempo en el horno. Si es medida estándar, el tiempo adecuado está entre 10-12 minutos. Pero si veis que las galletas se están dorando por los bordes, quiere decir que ya las tendréis listas.
Las sacamos del horno; aún
calientes le espolvoreamos azúcar glas y un poquito de canela en polvo.
También le podemos echar por encima chocolate previamente fundido.
También le podemos echar por encima chocolate previamente fundido.
Dejamos enfriar para poder
moverlas, y las metemos en una caja de lata para conservarlas. Duran semanas, así que
no os preocupéis y no os deis un atracón el primer día; dejad algunas para otra tarde :)
Ésta receta me la enseñó mi tía
cuando estuve en Alemania el año pasado, allá por el mes de Octubre. A mi tía
se le da muy bien la cocina, y me faltó tiempo para pillarla “por banda” y
sacarle recetillas como ésta =)
Poco a poco os iré subiendo alguna más, y os haré saber más sobre mi país natal.
Poco a poco os iré subiendo alguna más, y os haré saber más sobre mi país natal.
Os dejo el papel de la receta original
que me dió mi tía. Como veis, yo os lo traduzco muy amablemente ;)
0 comentarios:
Publicar un comentario