- 250 gr. galletas María
- 150 gr. mantequilla sin sal
- 25 gr. avellanas granuladas (opcional)
*Para el relleno:
- 4 huevos “L”
- 550 gr. queso Philadelphia
- 180 ml. nata para montar
- 180 gr. chocolate blanco
- 1 cucharada esencia vainilla
- 120 gr. azúcar
- 60 gr. harina de repostería
*Para la cobertura:
- 125 gr. chocolate de cobertura
- 80 ml. nata para montar
- 30 gr. mantequilla sin sal
Elaboración:
Trituramos en primer lugar las galletas en la picadora. Si habéis
decidido incorporar las avellanas, las podéis triturar al mismo tiempo.
Por
otro lado, derretimos la mantequilla en el microondas; la echamos en la mezcla
de galleta y avellana, y mezclamos bien hasta conseguir una pasta.
En un molde metálico previamente enmantequillado, vertemos la pasta de
galleta y la extendemos por toda la base del molde. Reservamos.
Vamos con el relleno.
En un cazo, ponemos a calentar la nata. Justo antes de que comience a
hervir, agregamos el chocolate blanco. Dejaremos unos minutos a fuego bajo
hasta que se funda bien el chocolate. Apartamos del fuego y reservamos
momentáneamente.
A continuación, separamos las claras de las yemas. En un bol, batimos
las claras con una pizquita de sal y la mitad del azúcar, hasta conseguir una
especie de merengue.
En otro recipiente, con la ayuda de unas varillas de mano, mezclamos
las yemas con el resto del azúcar. Incorporamos el queso Philadelphia cucharada
a cucharada; de ésta forma, el queso se integrará mejor. Añadimos la cucharada
de esencia de vainilla, y seguidamente la mezcla de chocolate blanco y nata,
dejándola caer como un hilito a la vez que mezclamos ávidamente con las varillas
metálicas.
Agregamos las claras que habíamos montado, pero éstas las integraremos realizando movimientos envolventes con una espátula de goma.
Por último, incorporamos la harina nuevamente con movimientos envolventes; con ello, conseguiremos que la mezcla quede más compacta.
Precalentamos el horno a 180º.
Vertemos la mezcla resultante en el recipiente con la base de galleta,
y horneraremos en torno a 50 minutos.
A los 20 minutos de cocción, la tarta
comenzará a ponerse doradita; para que no se os queme, coged un trozo de papel
de aluminio y ponédselo por encima para evitar que se os queme.
Para comprobar que está hecho, pinchad con un palillo, y si os sale
limpio, ya lo tendréis listo. Dejamos atemperar, e introducimos en la nevera.
Mientras se enfría la tarta, pasamos a preparar la cobertura de
chocolate.
En un cazo, ponemos a calentar la nata. Antes de que arranque a
hervir, añadimos el chocolate de cobertura. Dejamos unos minutos a fuego bajo
hasta que se haya disuelto el chocolate. Apartamos del fuego, y agregamos la mantequilla
cortada en taquitos. El calor residual del cazo, será más que suficiente para
derretir la mantequilla y terminar de integrar con el chocolate y la nata.
Una vez fría la tarta, añadimos la cobertura de chocolate
extendiéndola por toda la superficie de la tarta. Volvemos a meter en la nevera
un ratito antes de servir, y ya tendremos lista nuestra tarta.
Como decoración, he rallado un poco de chocolate blanco y he puesto unas perlas de chocolate por los bordes, junto con otras perlitas más pequeñas plateadas repartidas por toda la tarta.
0 comentarios:
Publicar un comentario